Mi historia

Escribe desde que tiene memoria. No por elección, sino por necesidad: era la manera de darle forma a todo lo que llevaba dentro. Para él, las palabras pueden ser puentes, cicatrices o, a veces, salvavidas.
Su estilo, épico, oscuro y profundamente humano, bebe de autores como H. P. Lovecraft y Neil Gaiman, aunque conserva una voz propia, marcada por el simbolismo, la introspección y la luz que insiste en sobrevivir incluso dentro de la sombra.
Fanático de las historias que no temen hablar de la muerte, la fe quebrada, el amor imposible o la redención que no llega, volcó en esta trilogía mucho más que una trama: dejó fragmentos de sí mismo. Entre líneas hay duelo, furia, esperanza y, sobre todo, humanidad.
La imaginó hace casi dos décadas, con la certeza de que incluso en la oscuridad puede habitar un atisbo de luz.
Durante años creyó que los manuscritos se habían perdido. Sin embargo, la historia no lo dejó en paz: seguía latiendo, exigiendo salir.
El destino quiso que volviera a encontrarlos, y lo que comenzó en un cuaderno viejo, sobre la mesa de una cocina, terminó convirtiéndose en una trilogía.
Su obra no es una historia más sobre el bien y el mal, ángeles o demonios.
Es una travesía hacia las profundidades del alma humana.





